Une pluie d’automne
Mejora tu comprensión auditiva en francés con este audiotexto y resolviendo el ejercicio a continuación. Revisa la transcripción para localizar palabras nuevas de vocabulario.
Puedes repasar el vocabulario sobre el otoño en la sección de Vocabulario temático.
Transcripción
Une pluie d’automne
J’ai un voisin très bizarre. L’autre jour, il était dans son jardin et ramassait les feuilles mortes avec son râteau à feuilles. L’automne était arrivé et les arbres avaient déjà perdu leurs belles feuilles colorées. J’admirais par la fenêtre le paysage automnal. Il y a tant de couleurs en cette période de l’année : le jaune du maïs, l’orange du potiron, le rouge des feuilles. C’était magnifique. Et puis, on pouvait observer les animaux s’affairer. L’écureuil faisait des réserves pour l’hiver, il rapportait une grappe de raisin entière. Les souris s’amusaient près des arbres.
Je regardais par la fenêtre, donc, lorsqu’il se mit à pleuvoir. Mon voisin posa son râteau de côté et courut en direction de sa maison. « Il va falloir remettre les travaux de jardin à demain ! », pensai-je.
Mais, à ma grande surprise, mon voisin ressortit quelques secondes plus tard. Il avait enfilé ses bottes de caoutchouc ainsi que son chapeau et son manteau de pluie jaunes. Ainsi paré, il s’élança vers une flaque qui venait de se former et sauta dedans en riant. Il s’amusait vraiment comme un fou. Le hérisson le regardait faire en tenant son parapluie. Il devait être bien surpris.
C’est une chance, d’avoir un voisin au si bon caractère. Demain, s’il fait meilleur, je lui proposerai de faire du cerf-volant.
Traducción
Una lluvia de otoño
Tengo un vecino muy peculiar. El otro día, estaba en su jardín barriendo hojas secas con un rastrillo. Había llegado el otoño y los árboles habían perdido su preciosas hojas de colores. Yo estaba admirando la escena otoñal. Hay tantos colores en este periodo del año: el amarillo del maíz, el naranja de las calabazas, el rojo de las hojas. Es una preciosidad. Además, se podía ver a los animales haciendo sus cosas. Una ardilla estaba recolectando reservas para el invierno y llevaba un racimo entero de uvas. Los ratones estaba divirtiéndose junto a un árbol.
Estaba mirando por la ventana cuando se puso a llover. Mi vecino dejó su rastrillo a un lado y corrió en dirección a su casa. «Tendrá que retomar los trabajos de jardinería mañana», pensé.
Pero, para mi sorpresa, mi vecino vuelve a salir unos segundos más tarde. Se había puesto sus botas de goma y un gorro y un chubasquero amarillos. Así de preparado, se lanzo sobre un charco que acababa de formarse y saltó sobre él riéndose. Se lo estaba pasando en grande. Un erizo lo miraba sosteniendo un paraguas. Tuvo que pillarle de sorpresa.
Es una suerte tener un vecino tan alegre. Mañana, si hace mejor tiempo, le propondré volar la cometa.